Desde siempre se ha creído que una persona al nacer ya tiene el destino escrito de antemano. Esto supone que el ser humano tiene poco margen de maniobra para cambiarlo.
Sin embargo religiones como el Budismo por ejemplo nos dice que somos nosotros los que con nuestras acciones escribimos nuestro destino. Esto me hace suponer que aunque nazcamos con un karma positivo o negativo, tenemos toda la vida para cambiarlo, cultivándonos nuestro propio destino, bueno o malo, a través de las acciones que llevamos a cabo día a día.
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Desde siempre se ha creído que una persona al nacer ya tiene el destino escrito de antemano. Esto supone que el ser humano tiene poco margen de maniobra para cambiarlo.
Sin embargo religiones como el Budismo por ejemplo nos dice que somos nosotros los que con nuestras acciones escribimos nuestro destino. Esto me hace suponer que aunque nazcamos con un karma positivo o negativo, tenemos toda la vida para cambiarlo, cultivándonos nuestro propio destino, bueno o malo, a través de las acciones que llevamos a cabo día a día.
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