¿Es el espejo nuestro segundo yo?
La
mayoría de nosotros por no decir todos tiene un espejo en su baño. En
ese lugar donde solo estás tú, tu intimidad, tus secretos. Sabemos que
la mayor persona que nos conoce somos nosotros mismos, pero ¿y la
segunda? No es ni nuestro mejor amigo/a ni nuestros padres ni hermanos,
ya que se les puede contar un secreto o cosas personales pero nunca
sabrán como nos sentimos en esos momentos que nos vamos al baño para
aislarnos de todo lo que nos rodea. Estar solos en el baño nos ayuda a
pensar, a sacar nuestros sentimientos, reír viendo nuestros memes
favoritos, llorar, darnos placer... Cosas que ni tu mayor ser querido ha
estado contigo en ese momento. Porque aunque te saques fotos la gente
no verá las otras 20 que te has hecho pero no has publicado ni mandado
porque has salido mal o no te gustan... ¿Entonces que es lo que nos hace
sentir que no estamos solos? No nos damos realmente cuenta de lo que
hacemos allí dentro hasta que alzamos la vista y nos vemos en el espejo.
Recuedo aquella vez que estaba bastante triste y me fui a llorar al
baño, cuando me vi allí reflejado me di cuenta de quién era yo, de que
debía seguir adelante, que era una persona fuerte y que tenía que pasar
página. Fue él, el espejo, que me hizo reflexionar, como si fuera ese
amigo que siempre está allí en los momentos difíciles dándote un abrazo.
Dicen que cuando te ves en un espejo te ves 30% más atractivo, y es que
no es solo un simple objeto, tiene esa fuerza que solo funciona en ti
que te entretiene como cuando te pones a bailar imaginando que eres una
super star o en los momentos más difíciles. Él siempre estará allí,
esperándote.
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